Pero una medición correcta, que refleje resultados reales y permita ejecutar los cambios necesarios, implica realizar importantes acciones.

Establecer objetivos SMART

Es lo primero, para saber con certeza, qué necesitas medir y cuál es tu prioridad. Pero no se trata de un simple objetivo, como querer aumentar las ventas, obtener más suscriptores o hacer más visible tu marca. Debes establecer uno mucho más detallado, de tal forma que tengas una potente guía para dirigir tu estrategia.

Por lo mismo, tu objetivo tiene que ser SMART, es decir:

– Specific (Específico): céntrate en lo que quieres lograr exactamente. Las ideas ambiguas o muy amplias entorpecerán tu tarea.

– Measurable (Medible): incluye parámetros que te permitan visualizar qué tan cerca estás de llegar a la meta.

– Attainable (Alcanzable): pregúntate qué tan realista o razonable es. Debe ser acorde con la realidad de tu marca.

– Relevant (Relevante): ¿es importante para tu empresa y/o clientes? Si la respuesta es afirmativa, vas en buen camino.

– Timely (Limitado en el tiempo): fija una fecha para lograr la meta.

Entonces, un ejemplo de objetivo SMART podría ser, “incrementar las ventas online en un 30 %, durante el segundo semestre de 2017 y el primero de 2018, ofreciendo nuevos beneficios a los clientes”.

Definir claramente los KPIs

Ahora que ya tienes un objetivo correctamente estructurado, podrás poner en marcha las acciones que te permitan lograrlo y establecer los Indicadores Clave de Desempeño, para así, analizar el rendimiento de tu estrategia de Inbound Marketing, en toda su amplitud. Pero es fundamental hacer una buena elección de KPIs, de lo contrario, las decisiones y ajustes que se efectúen podrían basarse en información engañosa.

Hay varios consejos que pueden ayudar a definir los indicadores adecuados, y por supuesto, lo primero es asegurarte de que éstos se relacionen con el objetivo que deseas alcanzar. Si ello es así, vas bien encaminado, pero no es lo único que debes atender. Por ejemplo, verifica que esos KPIs entreguen datos comparativos, que aporten información relevante, que mantengan su continuidad en el tiempo, y que sean específicas.

Entonces, si llevamos estas indicaciones al objetivo que planteamos en el punto anterior, podríamos emplear KPIs como el porcentaje de conversiones, el tráfico del sitio y las ventas que se concretan diariamente.

Utiliza las herramientas adecuadas

Luego de establecer tus KPIs, debes obtener y analizar los resultados; y si bien existen variadas opciones para ello, lo ideal es que elijas software o herramientas de alto rendimiento, que te entreguen una visión completa de cuán efectiva es tu estrategia.

Una de las más conocidas es Google Analytics, la que te ofrecerá datos referentes al tráfico que llega a tu sitio, las tasas de rebote, la duración media de la sesión, y el porcentaje de visitas nuevas, entre otros. Pero también puedes recurrir a alternativas, como HubSpot, HootSuite, y Webtrends. Lo importante es que averigües sobre las opciones existentes, evalúes sus características y desde ahí decidas cuál es la que mejor se adapta a tus requerimientos. Nunca elijas a primera vista.

Terminado este proceso, es momento de evaluar cuidadosamente los datos obtenidos, junto a tu equipo, para así tomar las decisiones necesarias, que les permita mejorar la estrategia de Inbound Marketing, manteniendo lo que funciona y cambiando aquello que no ha dado resultados positivos. De ese modo, podrán crecer como marca, entregar un servicio de calidad, satisfacer y fidelizar a sus clientes, y destacar frente a la competencia.