Estamos acostumbrados a escuchar el término todos los derechos reservados. Esto significa que no puedes utilizar, copiar o transmitir el contenido que ha sido publicado, es no son imagen de libre atribución. Un ejemplo claro de esto es cuando se sube un video a YouTube con una canción de la que es dueña un sello discográfico y lo bajan. Lo mismo ocurre con las imágenes que están protegidas por los derechos de autor.

Ante este tipo de acciones surge en el año 2001 Creative Commons, una corporación sin fines de lucro basada en la idea de que quizás no todos los creadores de contenidos quieren ejercer su propiedad intelectual al 100%. Las personas se empezaron a dar cuenta de que los derechos reservados quitaban exposición y la distribución a sus propias obras.

En el caso de los fotógrafos y artistas que querían que sus trabajos fueran difundidos, lo pudieron hacer a través de las imágenes CC0. Se trata de una obra sin derechos reservados, donde esta se cede al dominio público. Las empresas se dieron cuenta de que era más factible llegar a la gente si es que les compartían ciertos contenidos a ellos mismos.

Las imágenes CC0 están basadas en el concepto de la utilización de la creación bajo cualquier circunstancia, modificada o no e incluso para uso comercial. Pero este no es el único tipo de licencia que ofrece Creative Commons. Existen cuatro módulos generales de condiciones:

Atribución: CC (BY) Requiere la referencia al autor original.

Compartir igual: CC (SA) permite obras derivadas bajo la misma licencia o similar.

No Comercial: CC (NC) obliga a que la obra no sea utilizada con fines comerciales.

No Derivadas: CC (ND) no permite modificar de forma alguna la obra.

En el buscador de CC puedes encontrar varias páginas que cuentan con imagen de libre atribución o CC0 que puedes utilizar libremente. Estas corresponden al concepto bajo el cual fue creado Creative Commons: hacer que el contenido esté disponible para todos por igual.